Cuando los ojos se vuelven hipersensibles a la luz del sol

¿Que puedo hacer cuando me incomoda el brillo de la luz ?

Hoy en día las exigencias visuales han cambiado drásticamente, las noches se han convertido en extensiones del día, utilizando las horas nocturnas para leer, estudiar, trabajar y otras actividades. Para los ojos la exigencia comienza aumentar; es así como  la ciencia  se ha encargado de  mostrar  la   evolución de la luz, remontándonos a 1879 cuando por primera vez el señor Thomas Alva Edison logró iluminar su propio laboratorio con 500 bombillos.

De este hecho tan relevante empezamos a relacionar la forma de vida y la manera de ver el mundo. Pasamos de la luz solar a la luz artificial, del reflejo de la luz sobre el papel,  a  la luz que emanan las pantallas directamente, entonces, podríamos preguntarnos  ¿Cuál es la función y cuáles son los beneficios de la luz solar?  Pues bien, la luz solar contiene un espectro completo de ondas desde la Infrarroja hasta las ondas Ultravioletas. Estas ondas muestran su variedad de colores en el hermoso arco iris.

La Luz artificial no es igual; no tiene el perfecto equilibrio de todas las ondas, por eso según el bombillo, a veces la luz es más amarilla y otras veces más azulada, por consiguiente  no tiene el espectro completo de la luz solar.

Las células de cuerpo y en especial los receptores de luz en la retina se alimentan de las ondas de luz solar. Al no recibir su completo espectro, el ser humano comienza a deprimirse, así lo observamos en los inviernos de los países nórdicos donde la mayoría de suicidios suceden en las largas noches de invierno. Ahora te preguntarás ¿Y todo esto qué tiene que ver con la hipersensibilidad a la luz?  La sensibilidad a la luz es un indicio cuando el cuerpo comienza a manifestar su desequilibrio, podríamos compararlo con las alergias que se presentan cuando el cuerpo rechaza componentes de la misma naturaleza (Alergia a los gatos, al polen, entre otras).

El cuerpo comienza a resistirse a lo que más necesita, puede que esto resulte algo difícil de entender, pero lo que más necesita nuestro cuerpo a través de los ojos es: El espectro completo de la luz, pocos científicos lo ven así.

La solución a esta sensibilidad es muy sencilla. El oftalmólogo Dr. Horatio Bates divulgó sus fascinantes técnicas a comienzo del siglo pasado, él nos plantea seguir unos sencillos pasos:

En las mañanas (Hasta 9 am) y en las tardes (a partir de las 4 pm) ubícate en un lugar cómodo, sin muchos ruidos donde puedas disfrutar del sol. Cierra los ojos, relájate completamente y respira profundamente… Una vez los ojos estén cerrados gira la cabeza hacia el sol y permite que el agradable calor llegue a tus párpados, suavemente mueve la cabeza a la derecha e izquierda absorbiendo la luz y el calor, realízalo por 5 minutos. Luego cubre tus ojos con las palmas de las manos sin apretar, sigue respirando suavemente y disfruta de la oscuridad por un minuto. Repite el procedimiento una o dos veces más.

Realiza esta práctica a diario y encontrarás que cada día tu sensibilidad a la luz va disminuyendo.  Esta práctica también se puede hacer en las noches con luz artificial. Usa un bombillo que alumbre muy bien y siéntate frente  a el, realizando el mismo ejercicio. Esta práctica requiere de más tiempo para obtener los mismos resultados.

Consejo: No uses gafas de sol temprano en las mañanas; las gafas de sol según la temporada y el lugar se deben usar cuando el sol esté elevado. Antes de estas horas deja que tus ojos se alimenten de los rayos solares.

Leonor Schmidt